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Blefaroplastia

Cirugía de párpados

BLEFAROPLASTIA

La cirugía de los párpados (blefaroplastia) es una técnica quirúrgica que consiste en corregir el exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores. Etimológicamente la palabra Blefaroplastia deriva del concepto Blepharon (párpado) y plastos (modelado).

Con el paso de los años la piel de los párpados pierde elasticidad y puede depositarse la grasa en los párpados (bolsas palpebrales). La combinación de ambos factores se va haciendo más evidente con el tiempo por la mayor redundancia de la misma y la pérdida de tono de los tejidos que se encargan de su contención, es decir, a medida que los tejidos de esa zona se van relajando, se acentúan las bolsas y hay más piel en exceso, dando una apariencia de envejecimiento y cansancio.

La Blefaroplastia busca la corrección de uno u otro o ambos según las necesidades de cada paciente. Evidentemente, tras la cirugía mejora el aspecto global de los ojos dándoles un aspecto más luminoso y despierto, endifinitiva, más joven.

Preguntas frecuentes

FAQs

Lo más habitual es que acudan a nuestra consulta pacientes de una edad comprendida entre los 45 a los 60 años, si bien, en muchos casos acuden a nuestra consulta pacientes de 30-35 años por existir factores constitucionales o genéticos para que efectuemos una valoración al existir excedente de grasa palpebral (las famosas bolsas) en cuyo caso pueden ser candidatas a la cirugía. un procedimiento que puede encontrar candidatos a prácticamente cualquier edad, hay factores constitucionales o genéticos que pueden condicionar que gente joven presente cierto excedente de grasa palpebral que les haga candidatos a la cirugía.

a blefaroplastia puede ser superior, inferior o completa.
En el superior lo más común es la presencia de redundancia de piel y, secundariamente, puede evidenciarse, además, exceso de grasa (habitualmente en la bolsa interna, localizada en la proximidad de la nariz).
En este caso, la cirugía se encaminará a la eliminación del exceso de piel y/o una pequeña tira de músculo orbicular (también contribuye a incrementar el peso del párpado), paralelamente se revisarán las bolsas grasas y se actuará sobre ellas según cada caso concreto.
En el inferior lo más común es la presencia de bolsa grasa, quedando la redundancia de piel en un segundo y más infrecuente plano. Por ello, la actitud es contraria, primero actuamos sobre las bolsas y, secundariamente, ajustamos la piel a conveniencia. La acción sobre las bolsas se puede realizar por dos vías, a través de la conjuntiva o de una incisión palpebral, a determinar en cada caso según las consideraciones que su cirujano deberá explicar detenidamente a cada paciente.
El procedimiento, en caso necesario, puede combinarse con la Cantopexia.
La cantopexia consiste en hacer una pequeña incisión en el párpado superior; después, se accede al ligamento cantal, que es el encargado de sostener el párpado inferior, y que busca mejorar el soporte del canto externo del ojo y, con ello, mejorar el resultado al dar un aspecto más firme y joven a la globalidad del entorno orbitario, dándole un aspecto más almendrado.

 Se trata de una cirugía sencilla y, normalmente, tiene una duración media de 45 minutos a una hora, dependiendo de si se realiza una acción conjunta sobre el párpado superior e inferior.

Es del todo posible, si las condiciones del paciente lo permiten y no se realizan acciones conjuntas que lo contraindiquen, que la técnica anestésica utilizada sea la sedación y anestesia local.

Dependiendo de las características de la cirugía, se recomienda ingreso hospitalario de una o dos noches.

Se realiza de forma ambulatoria y la recuperación postoperatoria es rápida permitiendo una incorporación al día a día habitual del paciente en pocos días.
No obstante, al tratarse de una intervención facial, se condiciona una cierta “limitación social” hasta la retirada de puntos (cinco-siete días); pueden aparecer morados que se resolverán de forma espontánea en diez-doce días, si bien pueden ser disimulados y/o maquillados transcurridos los primeros días; la inflamación puede ser medianamente evidente los primeros días, transcurridos los cuales es prácticamente imperceptible para terceras personas. En definitiva, la normalidad en la propia rutina se consigue antes de completar la primera semana postquirúrgica.

La piel del párpado se encuentra entre la piel más delgada del cuerpo, lo que significa que generalmente es muy difícil ver las cicatrices. Las cicatrices tras una blefaroplastia se hacen invisibles a las pocas semanas.

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